Por Lic. Amelia M. Doval  
Miami, Fl - 03.06.2010
Los deportes reunen la filosof'ia de  la vida, nada es tan importante como la práctica y la disciplina para  lograr grandes propósitos. No temerle al enemigo más allá de lo  necesario  nos hace entender que con inteligencia podemos descubrir las debilidades   y ganar el trofeo que se define como alcanzar las metas.
En la pesca batallar es perder la presa  antes de alcanzarla, es luchar contra lo imposible, el pez está en  su habitad, no transformará  su condición por el simple motivo  de desearlo nosotros. Cambiar su estatus es una opción que no está  en su recorrido diario. Cualquier ser humano pensaría que el pez no  quiere ser ¨´pescado¨´ porque sabe el destino que tendrá. Los seres  humanos nos comportamos de igual manera con más raciocinio. Perder  nuestra posición social sin importar el escalón donde estemos representa   una contradicción interna, un batallar entre las dos mentes, se reconoce   la necesidad del cambio pero se carece de motivación. Prevalece lo  analítico y conservador, no hay suficientes  fuerzas para impulsar  la acción.
En estos casos sería mejor utilizar  la técnica de ceder aparentemente ante la presión dejando que el enemigo   o la condición momentánea desaparezca para cuando quede en reposo,  confiando en el triunfo avanzar. Este espacio de tiempo pudiera ser  interminable pero, un estratega toma paciencia. Así debería ser nuestra  batalla en Cuba para contrarrestar la técnica que usa el gobierno,  dejar creer al mundo su pasividad y su interés de ceder, cuando se  calman las ansias dar pasos agigantados. La confianza puede traer la  derrota.
El arma de mayor calibre que debe poseer  un pueblo es el conocimiento, solamente con ello entenderá la necesidad  de luchar. Comprender la historia significa tener memoria, acumular  momentos que son los que crean el camino a la identidad. Los cubanos  no son un socialismo ruso malgastado que transitó del feudalismo a  una inventiva social-destructiva sin más opción que el fracaso, tampoco  un ejército de improvisados ciudadanos a los cuales la patria les tomó  por sorpresa. La isla de Cuba es una Nación con voluntad propia, sin  experiencia cabal para organizar un país como demandan los tiempos  pero, no ceder en la estrategía puede llevar al triunfo.
Escribir sobre los acontecimientos que  hacen el recorrer de los años, con toda la fidelidad posible es un  deber de quienes acumulan la información. Las nuevas generaciones  necesitan  del acervo cultural y sociopolítico acumulado para definirse  concretamente.
Al pasar de los años, cuando el curso  de la vida sea otro, las nuevas generaciones podrán entender a través  de los libros que la lucha contada por los juglares de estos tiempos,  llamados trovadores,  es tan solo una parte de una batalla librada  en el silencio pues la opresión sella los labios, adormece el alma  y ata las manos, para lograr oscurecer la conciencia.
Contar la historía desde la visión  de los participantes más cercanos le da veracidad, marcando el sello  de autenticidad en el mensaje.
La isla de Cuba con una longitud de 1250  Km y más de 11 millones de habitantes podría parecer un volcán en  erupción ante los problemas sociales mas no es así. Una económia  desgastada a su máxima expresión, con una división interna entre  habitantes de diferentes zonas, sumado a un casi inexistente sistema  de comunicación, periodistas que apenas pueden servir con la palabra  y una televisión al servicio estatal hacen mínima la comprensión  por parte del pueblo de la situación existente más allá de sus limites  personales.
En un país donde el agua limita las  fronteras externas,mientras la incomunicación demarca las internas  y el desconocimiento hace lo propio imponiendo las frontera mentales,  las demostraciones de inconformidad con el gobierno se hacen casi  imperceptibles  por la gran mayoría absorta en su vida diaria ante las carencias  materiales  y alimenticias, no obstante esos movimientos existen y toman fuerza,  ejemplos hay.
Antes de 1959, la madre de dos jóvenes  cubanos comenzó su denuncia ante el asesinato de sus hijos haciendo  una peregrinación que demostraba su luto interno. Josué País y Frank  País quedarían en los libros, su madre y las Damas de Negro serían  la antesala de una historia.
En los años 80, se desarrolló en Santiago   las conocidas ¨Madres seguidoras de Mariana¨´,agrupando a  familiares  de los presos políticos pidiendo amnistía, en esta batalla se destacó  María Antonia Escobedo.
En el año 2003, ocurre en Cuba la mayor  ola represiva a los movimientos pacíficos, destacados por su  reconocimiento  internacional y su no vinculación con ningún movimiento en EUA,  rompiendo  con todo lo realizado anteriormente, a raíz del encarcelamiento de  los 75 involucrados en la disidencia,surgen las ¨´Damas de Blanco¨´,con  Gisella Delgado la esposa de Héctor Palacio, encabezándolo procurando  ser muy activa en la lucha hasta el 2006 cuando deja oficialmente de  dirigirlo, tras el excarcelamiento de su esposo.
Mirian Leyva, esposa de Oscar Espinosa  toma el mando, algunos problemas internos hacen que Laura Pollán  comience  a dirigir este grupo, dándole un vuelco, aglutinando un mayor grupo  de personas, es a partir de este momento que las Damas de Apoyo entran  a jugar un papel importante en esta lucha, pues si a las primeras les  une el amor filial, la conciencia patria está arraigada en quienes  corren riesgos únicamente por considerar este avance ideológico y  pacífico un deber primordial.
Las Damas de Blanco han sido la cara  y el gesto acusador que el régimen ha sostenido contra su voluntad.  Provocar el desmoramiento de una imagen pública internacional donde  la mujer cubana adquiere gallardía, es el objetivo del gobierno. Incitar   al desmoramiento interno es la propuesta más clara, debilitando la  muralla de esta acción externa extaría provocando, a su juicio, un  enfrentamiento en la política interna de los detractores. Con estas  acciones el gobierno eliminaría a su enemigo sin complicar su imagen.  Juzgar o cuestionar desde la distancia sería una cobardía, dejarnos  vencer es anular la batalla. Si el color es lo importante, la acción  es mucho más necesaria. 
Las Damas de Apoyo pueden continuar su  camino, porque han probado su disposición. El color no implica, ni  disminuye el heroísmo, lo que realmente cuenta es la capacidad de  entender  que la isla necesita cambios y cualquier brazo es necesario. Sería  de gran utilidad a la causa que exista una reconciliación que fortalezca   el objetivo pues con ese gesto se estaría abofeteando al rostro de  la burla y echaría por tierra la más conocida táctica de tan aberrante  gobierno.
Fotografía: Internet. 
 





